22 diciembre 2014

Gemelas



En cuanto caiga la noche y el agua lo anegue todo, regresaré a casa. Correré llorando a los brazos de mamá y, entre hipos perfectamente ensayados, les contaré que mi hermana se ahogó sin que pudiera hacer nada... Sobrarán más explicaciones cuando me muestre vestida con las desolladas ropas de la difunta. Siempre la prefirieron a ella. Me abrazarán, dando gracias a Dios, por haber protegido a la favorita.

L
levo tantos años estudiando sus gestos, su risa, el estúpido tono de su voz o su modo altivo de caminar, que nadie será capaz de descubrir el engaño. 





                                                                                                          
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 Este micro ha resultado finalista en Wonderland rne esta semana, junto a Sandra Sánchez, Javier Ximens, Joaquín Bohigas, Miguel Ángel y Sergi Cambrils. Aquí se pueden leer todos los relatos.

                                                  

                                                                   

15 diciembre 2014

El microcuentista





El mensaje era claro, conciso, breve y letal: no insistas, decía.

Lo dejó pegado en la puerta del frigorífico; el mismo lugar que ayer ocupaba la lista de la compra. Solo dos palabras, eso sí, elegidas con exquisitez para mandarme a hacer puñetas. Nuestra historia reducida a lo mínimo, sin preámbulos ni aforismos, sin descripciones abstractas, con dos personajes o quizá tres…  un único escenario que, como tonta, pagaba yo, una elipsis de dos años y el conflicto resuelto.

Lo cierto es que era un auténtico cantamañanas, un cobarde indigno siquiera de recibir mis escupitajos, una lombriz carroñera…, pero algo no podía poner en duda: su don innato para escribir microcuentos.








09 diciembre 2014

El besugo






Había escrito cien veces: te quiero, en papeles de colores. Vistió la mesa de gala con flores, velas y la vajilla de los domingos. El viejo tocadiscos ya musiqueaba su canción favorita. Se arregló el pelo, puso rouge en sus labios, sonrosó sus mejillas, se hizo las ingles brasileñas, aún le escocían, y enfundó su intimidad en lencería atrevida. 

Un besugo con patatas panadera intuía, desde el horno, que el momento de ser devorado estaba próximo.
Colgó el delantal tras la puerta de la cocina, se perfumó generosamente y esperó...

Él abrió la puerta y preguntó por su corbata de topos azules…
Fueron sus últimas palabras.  

07 diciembre 2014

Dicen







Dicen que a la señora Olvido le gusta madrugar. Que cada mañana, antes de que den las seis en el reloj de la iglesia, se toma un café con su terroncito de azúcar morena y tres pastas de la tahona de Andrés. Que después, se asea con agua de rosas, cepilla sus cabellos blancos y los recoge en un moño de horquillas. Dicen que se empolva el rostro, enrojece sus labios, y perfila sus ojos de azul. Que abre la puerta del balcón y coloca allí su mecedora y sus labores…


Dicen en el pueblo que sigue esperando al esposo.
 



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Este micro ha resultado finalista en Wonderland rne esta semana, junto a Lorenzo Rubio, Yolanda Nava, Luís San José, Asun Gárate y Rafa Olivares. ¡Genial manera de terminar el año!
Aunque habrá que afinar más en el 2015. 
Aquí, podéis leer todos los micros.

01 diciembre 2014

El ilusionista




Padre nos prometió una gran sorpresa cuando tañera la última campanada del año. Madre supuso que, por fin, había encontrado un trabajo y rezó arrodillada. Yo imaginé la bicicleta BH que llevaba dos años pidiendo a los Reyes, y Merlín y Tábata eran demasiado pequeños para pensar...

Cuando dieron las doce, padre sacó su nueva varita mágica e hizo aparecer un conejo en la sopera. Se le cayeron las lágrimas. Era su primer lepórido. Madre también lloró, pero de rabia, mientras le ponía de patitas en la calle con todos sus cachivaches. Dijo que ya no aguantaba más, que era un fracasado y que, con tres críos, tenía bastante… Después, también lloré al sentir que le perdía.

La señá Joaquina, la presidenta, enternecida, nos cedió un trastero y allí le escondimos. Fue nuestro secreto. Lo sigue siendo. Cada tarde, acudo al cuarto para darle un beso. Él continúa ensayando su truco, el que –según dice– le convertirá en el mejor mago del mundo. Cierra los ojos con fuerza; se cubre con un trapo rojo; pronuncia las palabras mágicas y desaparece…

Yo me marcho aplaudiendo, fingiendo que no le veo, como cuando era niño. Sé que solo así podrá dormir tranquilo.


 
                                                                                               




Participación diciembre en ENTC. Ganador mensual y finalista anual 2014.



26 noviembre 2014

Evidencias





En realidad esto del amor no tenía ninguna lógica… Recuerdo el día del bautizo de Juanito. Yo tenía la mano dentro de la pila de cristianar, comprobando la temperatura del agua, cuando la madre sumergió al pequeño y nuestras pieles se tocaron. Al instante, sentí un estremecimiento y creo que ella también. Sus ojos eran mis ojos, sus cejas, mis cejas y su nariz la misma que heredé de mi abuelo. 

Los padrinos acercaron sus velas con una mueca divertida de asombro. Me miraban a mí y luego al niño. El parecido era asombroso. Alguien carraspeó. Tan solo el emocionado padre parecía ajeno ante tamañas evidencias.



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